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Clásicos en Viñetas

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  Muchas mujeres ignoran quién es Nippur de Lagash. No tienen idea de quién es Alack Sinner o Giuseppe Bergman y Pratt o Crumb les pueden parecer marcas de galletitas. A mí no. Yo crecí leyendo el D´Artagnan y El Tony, a la par de muchos libros clásicos, que eran tratados con la misma irreverencia, ya que “Clásico no es un libro que necesariamente posee tales o cuales méritos; es un libro que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad.” (Borges) Los libros no son un objeto sagrado de adoración, son un lugar donde la gente entra a descubrir el universo desde la mirada de otros. Y leyendo, me imagino estos mundos, esta gente, sus historias, su manera de bailar, amar y reírse. Cuando se lee a Homero, se oyen los bronces chocando en batallas, y el canto de las sirenas; cuando se abre “1984” imaginamos un Gran Hermano que nos vigila. Estos dibujos son, en definitiva, una carta de amor a los libros, que me abrieron unive

2001: Una odisea espacial (A. Clarke, 1968)

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Demasiada acción en los últimos capítulos! Bowman, con mucho esfuerzo, termina “desarmando” bloque a bloque la personalidad e inteligencia del trastornado HAL, y queda sólo en la nave “Y en algún momento en los oscuros milenios pasados, habían inventado el instrumento más especial de todos, aún cuando no pudiera ser visto ni tocado. Habían aprendido a hablar, logrando así su primera gran victoria sobre el Tiempo..."   Durante largo rato, David Bowman quedó con la mirada clavada en el vacío que se extendía aún, millones de kilómetros más adelante, hasta la meta que ahora estaba seguro de no poder alcanzar nunca. Bowman duerme su último sueño como humano en un hotel de utilería, y despierta como el niño de las estrellas "Ante él, como esplendente juguete que ningún hijo de las estrellas podía resistir, flotaba el planeta Tierra con todos sus pueblos" El mundo de los dioses "Los antiguos, en verdad, habían hecho lo mejor que sabían, al bautizar a aquel mundo con el no